Cuando pensamos en aprender piano, solemos imaginar que todo depende de la mente: recordar notas, leer partituras, coordinar las manos. Pero la realidad es que el cuerpo también aprende, y mucho. Las manos, los brazos, la postura… todo tu cuerpo forma parte del proceso. La memoria muscular Cada vez que repites un movimiento, tu cuerpo lo “memoriza”. Esto se llama memoria muscular : una habilidad que permite que tus dedos encuentren las teclas sin que tengas que pensar conscientemente en cada paso. Es como aprender a montar en bicicleta o a nadar: al principio todo es difícil y consciente, pero con práctica el gesto se vuelve natural y automático. En el piano, esto significa que llega un momento en que puedes tocar una melodía sencilla o incluso una pieza más compleja sin mirar cada nota o pensar en cada dedo. El cuerpo recuerda el camino, y tu mente puede centrarse en otros aspectos: la expresión, la dinámica, el fraseo… Confiar en el cuerpo para soltar la mente Al principio, sole...